Namor se despertó en una playa de arena.
Su barco naufragó la noche de las tormentas.
- ¿Dónde está mi mamá? – Se preguntaba Namor.
A esto que saltó un pescado: - ¿Quizás debajo del mar?-
- ¿Y cómo voy a encontrarla si yo no tengo otro barco?-
- No te preocupes – dijo el pez – qué bien te puedo ayudar…
Te cambio tus piernas de niño por una cola para nadar. –
Como trabajadores de un medio con una capacidad transformadora tan grande como es el teatro y ante la problemática de la migración de miles de refugiados, el equipo de The Nose Theater se vio en la obligación moral de contar esta historia como si de un grito se tratase.Pero no un grito de odio, ni de rabia incontrolable, que por otro lado bien podemos sentir en mitad de tanta sinrazón. “Namor, el niño pez” es un grito de luz, de esperanza, de poesía, ternura, de música y, sobre todo, de hermosos y evocadores títeres que tras sus lentejuelas, plumas y gomaespuma lanzan un mensaje de tolerancia, amor y libertad.