LOCUTORIUM es una comedia de máscaras que transciende más allá de la palabra. Una secuencia de escenas ágiles, poesía visual. Un concierto de acordeón, bandoneón y acordina. Una coreografía ingeniosa en la que los actores expresan con su cuerpo. Un montaje que, sin una palabra, resulta todo lo contrario a inexpresivo.
Los personajes nos sitúan en un manicomio, un asilo con aspecto abandonado gobernado bajo el férreo control de la supervisora jefa. Allí esperan el paso del tiempo una vedette venida a menos, un psicópata muy poco peligroso, un abuelo cascarrabias, un gentleman que sueña con ser conserje y un músico genial.
Los “locos” han sido capaces de adaptarse y sobrevivir a la disciplina, la rutina y al castigo. Pero su peor castigo es el aburrimiento, el lento paso del tiempo, y para combatirlo bailan, juegan, sueñan, y sobre todo intentan escapar. Su anhelo es el aire fresco, un atardecer en el banco de un parque, el fragor de un aplauso… la libertad.